HIMNO, como en las II Vísperas
SALMODIA
Ant. 1. Dichosa eres, Virgen María que llevaste en tu seno al Creador del mundo.
Salmo 112
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Ant. Dichosa eres, Virgen María que llevaste en tu seno al Creador del mundo.
Ant. 2. Engendraste al que te creó y permanecerás virgen para siempre.
Salmo 147
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;
hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
Ant. Engendraste al que te creó y permanecerás virgen para siempre.
Ant. 3. Tú eres la mujer a quien Dios ha bendecido, y por ti hemos recibido el fruto de la vida.
Cántico Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Ant. Tú eres la mujer a quien Dios ha bendecido, y por ti hemos recibido el fruto de la vida.
LECTURA BREVE Ga 4, 4-5
Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción.
RESPONSORIO BREVE
V. Después del parto, ¡oh Virgen!, has permanecido intacta.
R. Después del parto, ¡oh Virgen!, has permanecido intacta.
V. Madre de Dios, intercede por nosotros
R. ¡Oh Virgen!, has permanecido intacta.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R. Después del parto, ¡oh Virgen!, has permanecido intacta.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Antífona
El Señor ha mirado mi humillación y el Poderoso ha hecho obras grandes por mí.
O bien:
Me felicitarán todas las generaciones, porque Dios ha mirado la humillación de su esclava.
Magníficat
PRECES
Proclamemos las grandezas de Dios Padre todopoderoso, que quiso que todas las generaciones felicitaran a María, la Madre de su Hijo, y supliquémosle diciendo:
Que la llena de gracia interceda por nosotros.
O bien:
Mira a la llena de gracia y escúchanos.
Señor, Dios nuestro, admirable siempre en tus obras, que has querido que la inmaculada Virgen María participara en cuerpo y alma de la gloria de Jesucristo,
— haz que todos tus hijos deseen y caminen hacia esta misma gloria.
Tú que nos diste a María por madre, concede por su mediación salud a los enfermos, consuelo a los tristes, perdón a los pecadores
— y a todos abundancia de salud y de paz.
Tú que hiciste a María la llena de gracia,
— concede la abundancia de tu gracia a todos los hombres.
Haz, Señor, que tu Iglesia tenga un solo corazón y una sola alma por el amor,
— y que todos los fieles perseveren unánimes en oración con María, la madre de Jesús.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Tú que coronaste a María como reina del cielo,
— haz que los difuntos puedan alcanzar con todos los santos la felicidad de tu reino.
Confiando en el Señor, que hizo obras grandes en María, pidamos al Padre que colme también de bienes al mundo hambriento: Padre nuestro.
O bien:
Proclamemos las grandezas de Dios Padre todopoderoso, que quiso que todas las generaciones felicitaran a María, la Madre de su Hijo, y supliquémosle diciendo:
Que la llena de gracia interceda por nosotros.
O bien:
Mira a la llena de gracia y escúchanos.
Tú que hiciste de María la madre de misericordia,
— haz que los que viven en peligro o están tentados sientan su protección maternal.
Tú que encomendaste a María la misión de madre de familia en el hogar de Jesús y de José,
— haz que por su intercesión todas las madres fomenten en sus hogares el amor y la santidad.
Tú que fortaleciste a María cuando estaba al pie de la cruz y la llenaste de gozo en la resurrección de su Hijo,
— levanta y robustece la esperanza de los decaídos.
Tú que hiciste que María meditara tus palabras en su corazón y fuera tu esclava fiel,
— por su intercesión haz de nosotros siervos fieles y discípulos dóciles de tu Hijo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Tú que coronaste a María como reina del cielo,
— haz que los difuntos puedan alcanzar con todos los santos la felicidad de tu reino.
Según el mandato del Señor, digamos confiadamente: Padre nuestro.
Oración
Se dice la oración propia del día o, en su defecto, una de las siguientes:
Señor Dios todopoderoso, haz que, por la intercesión de santa María, la Virgen, nosotros, tus hijos, gocemos de plena salud de alma y cuerpo, vivamos alegres en medio de las dificultades del mundo y alcancemos la felicidad de tu reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo.
O bien:
Perdona, Señor, las culpas de tus fieles y haz que quienes no logramos agradarte con nuestros actos seamos salvados por la intercesión de la Madre de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Que vive y reina contigo.
O bien:
Ven en ayuda de nuestra debilidad, Dios de misericordia, y haz que, al recordar hoy a la Madre de tu Hijo, por su intercesión nos veamos libres de nuestras culpas. Por nuestro Señor Jesucristo.
O bien:
Que venga en nuestra ayuda, Señor, la poderosa intercesión de la Virgen María; así nos veremos libres de todo peligro y gozaremos de tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo.
O bien:
Concédenos, Señor, la valiosa intercesión de la Virgen María, cuya gloriosa memoria hoy celebramos, y danos parte en los dones de tu amor por la intercesión de aquella a la que hiciste llena de gracia. Por nuestro Señor Jesucristo.
O bien:
Te pedimos, Señor, que la maternal intercesión de la Madre de tu Hijo libre de los males del mundo y conduzca a los gozos de tu reino a los fieles que se alegran al saberse protegidos por la Virgen María. Por nuestro Señor Jesucristo.